El equipo de gobierno sopesa el derribo de la Casa de Encuentros

Nubledo, Illán GARCÍA (LNE)
«Vamos a ser prudentes y revisar el expediente del plan Urban antes de tomar ninguna decisión, aunque seguramente derribaremos la Casa de Encuentros en un futuro», aseguró la portavoz de la USPC y concejala de Hacienda, Ana Belén Toro después de que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias desestimara un recurso presentado por la empresa Corsam-Corviam contra la sentencia que le obligaba a pagar al Ayuntamiento de Corvera 164.646 euros en concepto de la liquidación de la obra de construcción de la Casa de Encuentros. El Ayuntamiento pedirá ahora la ejecución de esa sentencia para cobrar el dinero.

El gobierno confía en poder deshacerse lo antes posible de este edificio, «que no ha servido nada más que para enterrar dinero en él», según Toro. Aún así, la concejala reconoce que «hay que ir con pies de plomo» en el supuesto caso de que se ordene el derrumbe de la Casa de Encuentros y de que quizá se tenga que devolver el dinero proveniente de fondos europeos con el que fue construido.

El notable deterioro que presenta el edificio ha llevado al gobierno a plantearse que la mejor opción sería derribar el edificio, eso sí, si es jurídicamente posible. La posibilidad de una reparación, como planea IU, se traduciría en un importante desembolso de dinero. La otra opción pasa por esperar a que el edificio termine por derrumbarse dado su estado de abandono. El Ayuntamiento teme, por otra parte, que el derribo implique la devolución del dinero del plan Urban, de ahí que se haya encargado un informe jurídico.

La Casa de Encuentros es obra de los arquitectos gijoneses Vicente Díaz Faixat y Justo García, que adaptaron un edificio singular a un terreno con desnivel en la cuesta de Los Campos. El proyecto data de 1999. Un año más tarde comenzaron las obras y con ellas los problemas. Ambos arquitectos ganaron un concurso internacional de propuestas con este singular diseño que se subvencionó gracias a un plan europeo concedido a Avilés y Corvera. Primero, la planta sufrió una modificación, para pasar a ocupar 1.500 metros cuadrados en lugar de los 1.000 previstos inicialmente, lo que supuso una considerable ampliación del presupuesto.

También el saneamiento provocó retrasos, ya que no fue bien planificado. La situación llegó hasta tal punto que el arquitecto Díaz Faixat renunció a la dirección de la obra. El encargo lo heredó entonces el arquitecto municipal y corresponsable de los trabajos, Antonio Cuartas, que también acabó dimitiendo de su cargo. Una vez finalizado el edificio, la Casa de Encuentros tan sólo acogió una actividad sobre nuevas tecnologías en la que participaron varios jóvenes.

Después de varios meses de retrasos y de deficiencias, el Ayuntamiento finalmente recepcionó la obra en el último año de mandato del alcalde socialista Severino Zapico. Inmediatamente después se abrió un expediente para reclamar a los redactores del proyecto las deficiencias que sufre el edificio desde su construcción. El inmueble, que costó más de un millón y medio de euros, comenzó a deteriorarse, tanto por la falta de uso como por los errores estructurales y los actos vandálicos.